Se estima que hay hasta 50.000 organismos microscópicos y especies de microorganismos en un solo gramo de esta maravillosa sustancia bajo nuestros pies. Sin embargo, mucho de lo que yace debajo de este universo oculto y profundo todavía nos es extraño. Aunque está literalmente bajo nuestros pies, la gente conoce solo una pequeña parte de esta extraordinaria vida que se desarrolla bajo tierra hasta el momento.
Sin embargo, juega un papel invaluable para las criaturas vivas y los microorganismos que viven en el suelo.
Millones de años de competencia evolutiva han llevado a los microorganismos a producir compuestos antibióticos para luchar contra sus vecinos, y estos compuestos han formado la base de muchos de los antibióticos utilizados por los humanos. De hecho, literalmente hacemos medicinas de nuestro suelo. Nadie sabe cuántos nuevos tratamientos se descubrirán a partir de esta maravillosa sustancia bajo nuestros pies.
Una de las criaturas más especiales que viven en el suelo es la lombriz. Debido a la importancia de las lombrices de tierra en la creación y el mantenimiento del suelo, dijo Darwin, "es dudoso que haya otros animales que hayan jugado un papel tan importante en la historia de la tierra".
Los gusanos se mueven hacia abajo y alrededor del suelo, formando agujeros para respirar como pulmones. Con estos movimientos, los gusanos crean espacio para que crezcan las raíces de las plantas y para mantener vivo el suelo.
Bajo tierra, también hay extensas y complejas redes de hilos de corcho. Las plantas y los hongos se necesitan mutuamente para prosperar, por lo que hacen un pacto... Los hongos no pueden capturar dióxido de carbono para crecer como plantas, pero son mejores para extraer nutrientes que las plantas, por lo que comercian.
Las plantas les dan a los hongos carbono para crecer, y los hongos les dan a las plantas nutrientes como nitrógeno y fósforo. Esta relación mutuamente beneficiosa es solo un ejemplo del ecosistema interconectado del que todos formamos parte. La planta se pudre, proporcionando alimento a microbios, gusanos; los gusanos proporcionan alimento para los pájaros... etc.
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El suelo nos proporciona casi todo lo que comemos. No se trata de lo que la tierra puede hacer por nosotros, sino de lo que podemos hacerle nosotros a la tierra. Es muy importante que valoremos, apreciemos y protejamos la tierra.
Piensa por un momento. Solo 5 mm-0,5 cm de suelo tardan más de 100 años en formarse. Sin embargo, solo se necesitan unos minutos para destruir este suelo, y aún más, debido a la contaminación química, la urbanización, los deslizamientos de tierra y la erosión.
Algunos suelos son de hecho muy antiguos y se remontan a millones y millones de años. Se cree que la tierra más antigua del mundo está en Sudáfrica y data de miles de millones de años. La tierra de Inglaterra se formó hace 15.000 años, después de la última edad de hielo.
El suelo también es un valioso almacén de carbono. Captura el carbono y lo bloquea en formas fijas en las profundidades del subsuelo. Almacena tres veces más carbono que todas las plantas del mundo, incluidos los árboles.
Necesitamos proteger este valor que tenemos, pero no podemos lograrlo. Aunque conocemos los problemas, no podemos tener éxito.
Nuestros suelos emiten carbono, y lo perdemos de 50 a 100 veces más rápido de lo que se forma.
Se considera que el 60-70% de los suelos de Europa no son saludables. En menos de 30 años en el Reino Unido, más del 10 % del carbono almacenado en el suelo se ha perdido en la tierra cultivada.
Vivimos, crecemos, nos desarrollamos y construimos civilizaciones en él. Filtra nuestras aguas, las limpia, nos protege de inundaciones y regula nuestra atmósfera. El suelo es parte del ciclo del nitrógeno y el carbono en nuestro planeta. Pero la verdad es que no lo protegemos, no lo regulamos y lo usamos mal.
Hay tantas maravillas y secretos sin usar que esperan ser descubiertos en este suelo bajo nuestros pies.